Corre el año 2104. La nave espacial Covenant está de camino hacia un planeta lejano. Al aterrizar en él, la tripulación cree de verdad haber encontrado un paraíso habitable. Maggie Faris se hace con un Audi lunar quattro para explorar el desconocido terreno. Pero la tripulación pronto descubre que está presa en un mundo inhóspito.
Si bien la mayoría de vehículos de ciencia ficción provienen del ala creativa de Hollywood, en la película "Alien: Covenant" pasa lo contrario. El explorador espacial Audi lunar quattro es la pura realidad. Es uno de los protagonistas de la "Mission to the Moon". Ya se ha cumplido medio siglo desde que Neil Armstrong pisó la Luna. Ahora, la startup alemana de NewSpace PTScientists, con sede en Berlín, quiere volver al lugar donde alunizó el Apolo 17, en el valle de Taurus-Littrow. Para ello, la empresa de vuelos espaciales y sus colaboradores han desarrollado el módulo de alunizaje ALINA y el vehículo lunar Audi lunar quattro.
Los obstáculos
Junto con su compañero Michael Hascher y un equipo de constructores y operarios de mecanizado, se puso a trabajar en ello... y se encontró con tres grandes retos.
En primer lugar, había que confirmar las dudas de los expertos en vuelos espaciales: el diseño debía adaptarse para que los componentes pudieran fresarse. "Siempre trabajamos con grosores muy finos, porque en astronáutica cada gramo cuenta", explica Flieher. Esto resulta evidente si se tienen en cuenta los costes de transporte a la Luna, que no bajan de los 800 000 euros por kilogramo.
En segundo lugar, el plazo de apenas dos meses para la fecha de entrega era sumamente corto. Esto no es nada nuevo en astronáutica. De hecho, la NASA tuvo que trabajar bajo una presión enorme cuando el presidente John F. Kennedy anunció su intención de hacer llegar la humanidad a la Luna a finales de los años sesenta a más tardar.
En tercer lugar, los larguísimos procesos de producción de hasta 14 horas debían cubrirse con el personal existente, aun teniendo llena la cartera de pedidos. "La única forma de hacerlo era aprovechar las horas nocturnas y el fin de semana mediante nuestra propia automatización", dice Flieher. "Esta consiste en la combinación del robot de montaje con el StateMonitor de HEIDENHAIN, que informa activamente sobre el estado de las máquinas".